Carta a Luis Zamora Salinas

domingo, 1 de junio de 2008

Abuelito:

En esta tarde no queremos decirte adiós, sino hasta siempre porque en todo momento estarás en nuestros corazones, ya sea por los recuerdos o por las lecciones de vida que nos diste. Recuerdos que quedaron grabados en nuestras mentes, como por ejemplo tu fobia a la televisión a la cual llamabas la caja idiota, también tener en cuenta que nunca dejaste de ver los 21 de mayo y 18 de septiembre, y no parabas de reírte con Tom y Jerry.

Si bien no todos pudieron vivir las mismas experiencias contigo, lo que sí es cierto es que todos te queremos. Por situaciones de la vida que nos tocó vivir como nietos para algunos fuiste más que El Abuelito, fuiste un padre, un niño y un profesor que nos enseñó de la vida. Todos vimos tu risa, el goce que sentías al desarmar y armar el aparato nuevo de turno para saber como funcionaba, y en el último tiempo sentimos tu pena al saber que no podías hacer las cosas que te gustaban, como por ejemplo regar tu jardín.

Sentimos pena que nuestros hijos no lleguen a conocerte, pero ten presente que nosotros nos encargaremos que las próximas generaciones te conozcan y te tengan presente en su recuerdo.

En esta tarde cada uno de tus 25 nietos y 16 bisnietos podemos contar distintas experiencias que tuvimos contigo, sin embargo, una de las cosas de la cual más dichosos nos sentimos es el hecho de poder haber tenido una simple y casual conversación, recibir tu ayuda en la realización de alguna tarea o un paseo. No obstante, lo que sí podemos afirmar es que siempre nos recibiste con esa cálida sonrisa, un estrechón de manos y un beso cariñoso recordándonos en cada visita que éramos bienvenidos y haciéndonos saber que tu casa era nuestro segundo hogar.

“la muerte es el olvido pero para nosotros nunca morirás porque estarás en nuestros corazones”

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