Un viaje a Valdivia

martes, 17 de junio de 2008

Ramón Patricio Asencio, mi primo, de niños siempre estuvo presente en visitas y cumpleaños de cabros chicos, pero hubo un lapso de unos 15 años en la que no tuvimos contacto alguno, realidad que se quebró producto de Facebook.

Mi primera reacción con Facebook fue de rechazo, sólo por el hecho de que lo masivo no me llama mucho la atención. Todo el mundo hablaba de ello y eran cientos los e-mails que recibía con invitaciones para unirme. Sin embargo, un día martes en clases de empresa y medios de comunicación me creé una cuenta y en ese momento comenzó todo (esto no significa que me haya cambiado la vida).

El primer consejo que recibí de una compañera fue que ubicara mediante Messenger a todos los posibles contactos que tuviesen cuenta en Facebook. El resultado de ese experimento fue notable, me di cuenta que era uno de los pocos que aun no estaban unido a la masa. La masa a veces atonta la mente de las personas, y me atontó. Todos lo días descubría algo nuevo y me dedicaba a ver los perfiles y jugar a todos los juegos a los que me invitaban a participar, etc...Facebook. Ubiqué a mi primo desaparecido en esta comunidad.

Colo Colo v/s Ñublense

Fin de semana de semifinales del campeonato de apertura del fútbol nacional, el partido se jugaba el domingo y el sábado en la tarde me fui a Santiago a la casa de mi primo Sebastian y aprovechar de carretear. Mi sorpresa fue que en la casa de Sebastián estaba mi primo Ramón al que le decimos “Moncho”. Buena fue la sorpresa y también el carrete. Quedamos en que iríamos a su cumpleaños el 15 de junio a Valdivia, ciudad donde estudia medicina hace seis años.

El domingo fui al partido y lamentablemente perdió mi Colo Colo, apenado me fui a la casa en el metro donde tuve que esperar una hora para que la Garra desapareciera del lugar y n se produzcan desmanes. En verdad ese espectáculo estuvo increíble, era mi primera vez que iba al Monumental y en verdad, estuve cagado de miedo en Arica. Esa experiencia la podré contar en otro momento.


¿San Jueves?

Día en el que tenía que entregar un trabajo de cátedra para poder irme tranquilo, estuve toda la tarde realizando el trabajo, el bus salía de Santiago 9:50 p.m. El maldito trabajo lo terminé a las siete de la tarde, e hice mi maleta en cinco minutos. Salí de mi casa a las 7:15 y tomé el primer colectivo que iba a Viña del Mar. El trabajo se lo debía entregar a Silvana, compañera que vive cerca de la universidad para que lo entregara a la profesora ese viernes. Llegué a su casa a las 7:40, corriendo como nunca bajé a la avenida y tome la primera micro que paso y llegué al rodoviario de Viña a las 7:55. Compre el pasaje y partí a Santiago sin poder sacarme de la cabeza que podía perder el bus. Me quedé dormido.

Llegué a Pajaritos a las 9:40 y cargué inmediatamente la tarjeta BIP, tomé el primer metro que salió y me demoré diez minuto en llegar a la estación Universidad de Santiago. Mi primo me estaba esperando en el metro y partimos corriendo, llegamos en tres minutos al anden del bus que nos llevaría al sur. Tuve suerte, nunca más salgo apurado, ya que mientras corríamos perdí mi Zippo, regalo de licenciatura de 4° medio, hace ya varios años.

Valdivia

En realidad no tenía una imagen de la ciudad, pensé que podía ser más movida por el hecho de que está la UACH, y por su carácter de “ciudad universitaria”. Llegamos a las ocho de la mañana a Valdivia, mi primo tenía turno en el hospital, producto de su pasantía. Llegamos a la casa en taxi, nos duchamos y salimos a recorrer.

Moncho vive en la calle General Lagos que se encuentra un Torreón, herencia de la colonia española. Fuimos a un kiosko de SERNATUR y recogimos toda la información que pudimos y nos dieron los lugares más representativos de la ciudad. La ciudad esa mañana nos recibió con toda su pintoresca portada, además de una lluvia muy fina que nos mojó en cinco minutos. Fuimos al mercado y saqué mi primera fotografía.

Creo que ha sido la vez en que he sacado más fotografías de mi vida, fueron 330 imágenes que resumen lo lindo y vistoso que puede ser la ciudad. Claro hubo una selección de las mejores.

Al medio día nos juntamos con Moncho a almorzar en el mall de Valdivia, y nos pusimos al día en algunas cosas. Aproveché de comer "crudo", carne molida cocinada en limón y untado en una pan de molde, obviamente acompañado de una Kunsmann. En la noche “carreteamos”, y conocimos gran parte de la bohemia sureña. Calle Esmeralda, cercana al mall de la ciudad, es una vía donde se encuentran muchos locales nocturno y muchos de ellos nos cobijaron gran parte de la noche.

El sábado del pasado fin de semana, nos interiorizamos cada uno en su ser gracias a un pasto importado desde la V región, sustancia que nos alegró mucho. Para no quedarme en una latencia profunda en el antro de habitación, decidí tomar la cámara fotográfica y salir a captar imágenes.



Pensé en hartas cosas mientras caminaba por las calles y creo que fue una muy buena sesión fotográfica donde creo plasmé algunas buenas imágenes, desde un punto de vista más volátil.

De regreso a la casa traspasé los archivos al notebook y me puse a dormir. Me desperté a las siete de la tarde y habían llegado unas amiguitas de Moncho a la casa. Bajé al primer piso del departamento y saludé. Las chicas viajaron dos horas desde Puerto Montt al cumple de mi primo y sí que valió la pena su asistencia a la fiesta.

El cumple estuvo bueno, conocí a harta gente e hice amistades, lo que pude apreciar fue que una generación de medicina de la UACH, esta a punto de perderse producto del exceso alcohol que se consumen en los carretes del sur. Al parecer no hay muchas opciones.

El viaje estuvo muy bueno y aproveche de conocer a mi primo en otra faceta, una más carretera y la fabulosa ciudad en la que vive.

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